Paolo Herrera
Artes Visuales
Hacia una realidad
“La nada es la absoluta ausencia de la
realidad, incluso del vacío. El vacío existe si y solo si existe una realidad”
Víctor Manuel Alarcón
“El
Universo es un fantasma de corazón, un holograma gigante espléndidamente
detallado”
David Bohm
Hacia una realidad
Resulta complicado intentar escribir sobre Lo Real, desde la postura de
creativo, si se desconoce el límite de lo posible. Quizás sea mas claro para los estudiosos de la
ontología. De igual manera, todo lo que construimos en algún momento cruzó la
idea de la realidad.
La realidad está dada por la construcción de una idea. Podremos
discutir incansablemente en búsqueda de la verdad pero ni aún la ciencia ha
establecido leyes mas que conceptos concretos, actualmente científicos modernos
colocan en tela de juicio la existencia de la Realidad Objetiva.
La física moderna estudia hipótesis y teorías que afirman que la materia
no existe, mientras que la cosmología se interesa en investigar los universos y
dimensiones múltiples. Los sociólogos analizan otras realidades. Para los teóricos del arte y para los mismos
realizadores, el análisis de lo Real también ha contribuido al desarrollo del
arte.
La imagen ha sufrido muchos ataques sobre su naturaleza y autenticidad
en el arte. La imagen virtual, la síntesis, la interpretación, la fotografía,
el holograma… Son vías en la que se afirma de una u otra manera la realidad.
Según la intención. Pero comprenderlo en esencia implica diferenciar entre lo
que es la imagen y lo que es la realidad.
Las imágenes son representaciones codificadas de realidades externas a
ellas, pueden producirse por la configuración física del ente, percibidas por
la visión y reconfigurándose por el individuo. También existen las imágenes
mentales o generadas en un espacio de representación intangible. Afirma Silo,
basándose en el Acertijo de la percepción de Buda que la ubicación del objeto
mental en el espacio de representación se modifica dependiendo de las
operaciones mentales. La realidad quizás se encuentra no en el objeto sino en
el espacio de representación configurado por la percepción. Si se afirma que
los datos de la percepción se modifican de acuerdo con la representación. Entonces
nuestro sistema de representación acomoda el mundo en general de un modo no tan
exacto a como se cree que es la realidad.
Esta afirmación propone otra naturaleza de la imagen, puede confirmar
el pensamiento de Samuel Beckett, sobre la realidad del arte. Beckett sostiene
que el arte y la literatura se sitúan en otra realidad, la que resultó de la
experiencia de la nada circundante, la realidad más verdadera que vive en el
arte, y que se configura por medio de las ideas.
En Ser y Tiempo, Heidegger propone una reflexión acerca de la
existencia de la realidad partiendo de la nada, y sobre la nada. Samuel Beckett
afirma que la realidad en el arte se genera a través de una manifestación
arbitraria entre la existencia y la nada, fruto de la libre voluntad del
artista. Así se crean nuevos universos, nuevas realidades.
Actuamos en función a la construcción de nuestra realidad porque
respondemos a una afirmación. La existencia…
Paolo Herrera
Asunción
Mayo 2012
"La Putite Galerie" y "Le Salon"
“Sé que dentro de
algunos siglos no habrá ninguna diferencia entre una villa pompeyana verdadera
y el museo Paul Getty en Malibu, ni tampoco alguna diferencia entre la
Revolución Francesa y su conmemoración olímpica en Los Ángeles durante 1989”
Jean Baudrillard
La putite galerie
Intervención urbana en prostíbulo de Asunción
2011
Le salón
Dibujo-instalación
2011
El silencio
Titulo: El silencio
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie:
Medidas: 1,20 x 1,50 cm
Año: 2011
Detalle
Bajo la huella ontológica
Un lenguaje histórico
Es posible que los dibujos en la bóveda pétrea de Altamira constituyan el origen de los esquemas expresivos de la línea en lo que hoy entendemos como arte en la cultura occidental. De la voluntad formal de los anónimos artistas de estas primeras formas de representación de lo real, la línea gana vitalidad al comprometer la imagen dibujada con el imaginario mágico-animista y ritual de esas organizaciones culturales en ciernes. En semejante circunstancias originarias, es difícil establecer la función última y primera de lo visual, sobre todo considerando las condiciones limitadas y desfavorables para la contemplación y el contenido acaso fetichista que las puedan caracterizar; con todo el potente sesgo estético permite vislumbrar un propósito liberador , al tiempo conciliador y evocador, del vigor simbólico del esquema gráfico.
Separada en el tiempo -un largo tiempo, por cierto-, la obra planteada por Paolo Herrera, Bajo la huella ontológica, evoca la estrategia inscribiendo en el muro arquitectónico de la sala el potente esquema de líneas que dibujan, a caballo entre lo manierista y lo caricaturesco, entidades cinceladas por el sueño primigenio evocador y las normas de la representación contemporánea. En el primer caso, el conjunto de figuras aparece exacerbada en un tiempo alterado y en un espacio dislocado propio de los meandros del subconsciente. En tanto, en el segundo caso, la línea pugna con la figura su autonomía expresivo-constructiva y su heteronomía deudora de lo representacional. Así y todo, el conjunto de la imagen es un potente sistema gráfico trabajado con líneas a veces de trazo continuo, a veces de trazo interrumpido: el juego de lo que fluye y se interrumpe administra la sutileza del regodeo mimético y la seducción de lo plástico.
Por otro lado, la transfiguración sostenida que procede del ritmo de pasajes formales y de lo diferido anatómico -¿mutilaciones?- potencia la intención expresiva del drama ficcional escenificado y expone los recursos gráficos como poética de la imagen.
Bajo la Huella ontológica, además, alude al rito estético comunitario como momento de reflexión, reconocimiento y conciliación a través de la forma histórica del arte, que puede fisurar la dura superficie de las muchas veces violenta realidad y ficcionar una alternativa liberadora.
Carlos Sosa
Crítico de Arte
Jugando a la libertad
Titulo: Jugando a la libertad
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Medidas: 1,20 x 1,20 metros
Año: 2010
La fufurufa en el infierno
Titulo: La fufurufa en el infierno
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Liberación
Medidas: 0,60 x 0,90 metros
Año: 2009
Liberación Nro. 2
Titulo: Liberación 2
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Liberación
Medidas: 0,60 x 0,90 metros
Año: 2009
La maldición de Equidna
Titulo: La maldición de Equidna
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Liberación
Medidas: 1,00 x 1,20 metros
Año: 2009
Liberación Nro. 4
Titulo: Liberación 4
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Liberación
Medidas: 1,00 x 1,20 metros
Año: 2010
Algo muy parecido al amor
Titulo: Algo muy parecido al amor
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Medidas: 1,00 x 1,00 metros
Año: 2009
Sin titulo
Titulo: Sin titulo
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,80 x 1,00 metros
Año: 2008
Sy (Cita de un grabado de Olga Blinder)
Titulo: Sy
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,40 x 0,60 metros
Año: 2008
Edén
Titulo: Edén
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,50 x 0,70 metros
Año: 2008
Mita'i
Titulo: Mita'i
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,50 x 0,70 metros
Año: 2008
Madre frustrada
Titulo: Madre frutrada
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,50 x 0,08 metros
Año: 2008
Sin titulo
Titulo: sin titulo
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,80 x 1,00 metros
Año: 2009
Las hijas de Daphne
Titulo: Las hijas de Daphne
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,80 x 1,00 metros
Año: 2009
Ofelia Inmortal
Titulo: Ofelia inmortal
Técnica: Mixta
Autor: Paolo Herrera
Serie: Entre el Mito y la forma
Medidas: 0,80 x 1,00 metros
Año: 2009
Entre el mito y la forma
Exposición de Paolo Herrera, octubre 2009. Alianza Francesa
El imaginario iconográfico del arte occidental debe al mito momentos memorables de configuración visual, tanto en el arte originado en la profundidad de los tiempos idos como en los de la era contemporánea. Recordemos, por ejemplo, al enigmático Hieronymus Bosch saturando el Jardín de las delicias con personajes y otras entidades fantásticas como síntesis simbólica. Mucho después, en pleno siglo XX, el Minotauro volvería como contenido mítico del sistema gráfico picassiano, motivo que cruza elementos de la cultura ibérica con la mitología arcaica griega. Así, otros momentos del arte visual habían desarrollado y sostenido la vigencia plena de lo mítico en el imaginario de nuestros días a través de la metamorfosis visual: Francis Bacon y sus rostros deconstruidos, las máquinas imposibles de los surrealistas, o los mismos fotomontajes de Hannah Höch.
Entonces, queda claro que el devenir de lo visual en el arte funda su metamorfosis en las emergencias de la imaginación mítica, psicológica, simbólica, histórica…; meollo que interesa a campos disciplinarios específicos y promueve la investigación de lo creativo-expresivo en el sistema de las artes contemporáneas, aunque ello parezca paradójico en el presente tecnológico del arte. Desde esta perspectiva, la motivación primera en la obra que plantea Paolo Herrera procede del fondo insondable que constituyen la vida y la muerte como componente fundamental del misterio de lo real; cuestión que el arte y su naturaleza inquisitoria lo asume desde el signo plástico, aun sabiendo que éste nunca pueda hacerse de lo real: el signo es por naturaleza fraudulento y por ende enigmático, insuficiente, ficcional, sugerente…
La figura dibujada define todo el horizonte imaginario de Paolo. Es un sistema gráfico que ora puja con la superficie del soporte, ora mide fuerzas con los medios y el espacio de composición, además tiene que vérselas con un campo de valores dominantes determinado sólo por el blanco del papel, por un lado, y la monocromía del fondo pictórico, por el otro. En esta definición del campo, aparentemente limitada, la figura dibujada –a veces con la misma pintura, a veces con grafito…- sufre distorsiones significativas, acaso propiedad genuina de la forma expresiva o confirmación flagrante – y Paolo lo sabe- de que la deformación es inherente a la expresión artística, en el grado que fuera. De ahí que el discurso de la forma deviene transfiguración y metamorfosis, aquella que proviene del salto que supone toda representación de lo real, que no es otra cosa que el mito de lo real, así sea originado en lo meramente perceptivo o en la complejidad histórica, intuitiva o intelectiva.
Finalmente, y por sobre todo, el conjunto de obras hace evidente que la forma del arte salvada del mero gesto efectista y superficial da lugar al signo expresivo, ése que se gesta en la frontera misma de la pulsión motivadora liberada en y a través de los medios gráfico-pictóricos; pues el manierismo lato con su poder sugestivo sólo simula el extravío del concepto y el envilecimiento de la forma.
Carlos Sosa
Crítico de Arte
As., octubre de 2009
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